Tal día como el de hoy en 1974: en Kinshasa (capital de la República Democrática del Congo) se libra el mítico combate de boxeo entre Muhammad Ali y George Foreman.
En el verano de 197, Foreman se desplazó a Kinshasa (República Democrática del Congo (antes Zaire),
donde debería combatir con Muhammad Ali, en uno de los legendarios
combates de la historia del boxeo. Durante uno de los entrenamientos,
Foreman sufrió un corte en un ojo, lo que le obligó a posponer el
combate un mes más. Durante ese tiempo, Ali se dedicó a autopublicitarse
y a buscar popularidad entre la población del Zaire, lo que dejó a
Foreman la figura de antihéroe en este combate. Finalmente, Ali y
Foreman se encontraron en el ring el 30 de octubre de 1974.
Allí se encontraban un aspirante de 32 años pero con tremendo carisma
(Ali) y el campeón aún imbatido (Foreman). El primer asalto fue por los
cauces que todos esperaban. Ali, con su movimiento de piernas
característico bailaba alrededor de Foreman. Pero a mediados del primer
asalto, Ali se fue a las cuerdas y Big George alcanzaba con
demasiada facilidad el cuerpo del ex campeón del mundo. Todo el mundo
empezaba a pensar lo peor mientras que el entrenador de Ali, Ángelo
Dundee no paraba de gritar a Ali para que no cometiera locuras.
De todas maneras y a pesar de los golpes, la resistencia de Ali ante
los golpes del campeón era prodigiosa. Todo ello en medio de un Estadio
Nacional de Kinshasha totalmente volcado a favor del aspirante y
gritando "¡Alí bomayé! ¡Alí bomayé!" ("¡Alí, mátalo!"). A medida que
iban pasando los rounds, la confianza y la fuerza de Foreman fue
mermando ante la esperanza de un K.O. que no acababa de llegar. A todo
ello se añadía, los actos cómicos de Ali y los improperios que lanzaba a
Foreman en los descansos desde el rincón. Hasta que en el octavo
asalto, Ali consiguió esquivar un último arsenal de golpes del campeón
para empezar su contraataque. Una serie de imparables golpes envían a
Foreman a las cuerdas, que evitaron su caída. Una izquierda en uppercut y
una derecha recta inapelable, no pudieron evitar que Foreman se fuera a
la lona. El bombardero de Texas era más fuerte que Ali. Pero Muhamad Ali supo jugar sus cartas en Kinshasha mejor que el sureño.
En 2007, y en las memorias de Foreman tituladas "God in my corner"
(Dios en mi esquina), el púgil asegura que fue drogado antes del
comienzo de la pelea frente a Alí. El ex campeón explica que antes de
que comenzara el combate, su preparador le dio a beber agua con sabor a
medicina y que subió al ring con ese sabor en la boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.