Bienvenido

Bienvenidos a Tal día como el de hoy, un blog sobre curiosidades, anécdotas, datos históricos y demás cosas que ocurrieron hace tiempo en ese mismo día. Espero que disfruten de este blog.

martes, 18 de diciembre de 2012

El cascanueces

Tal día como el de hoy en 1892, en San Petersburgo, Chaikovski estrena El cascanueces ante la presencia del zar Alejandro III de Rusia.

El cascanueces es un cuento de hadas-ballet en dos actos y tres escenas de Piotr Ilich Chaikovski (1840–1893), compuesto en 1891–1892. Chaikovski puso música a la adaptación de Alejandro Dumas (padre) del cuento El cascanueces y el rey de los ratones, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann (puesta en escena por Marius Petipa y encargado por el director de los Teatros Imperiales Iván Vsevolozhski en 1891). En los países occidentales El cascanueces se ha convertido quizá en el más popular de todos los ballets, principalmente representado en Navidad.

Tchaikovski hizo una selección de ocho de los números del ballet antes de su estreno en diciembre de 1892, formando La suite de El cascanueces Op. 71a, concebida para tocar en concierto. La suite se tocó bajo la dirección del compositor, el 19 de marzo de 1892, con ocasión de una reunión de la sucursal de San Petersburgo de la Sociedad Musical.1 La suite se volvió popular desde entonces, aunque el ballet completo no logró su gran popularidad hasta los años 1960.

Entre otras cosas, la música de El cascanueces se conoce por su uso de la celesta, un instrumento que el compositor ya había empleado en su balada sinfónica mucho menos conocida, El Voivoda (estrenada en 1891). Aunque se conoce como el instrumento solista presentado en el acto II de la Danza del Hada de Azúcar, la celesta se emplea en otras partes del mismo acto.

Primer acto

La obra empieza con una obertura «en miniatura», la cual también comienza la Suite. La música crea el ambiente cuento de hadas mediante los registros altos de la orquesta. El telón se abre y muestra la casa de los Stahlbaum, en la cual se prepara la fiesta de la víspera de la Navidad. Clara, su hermano Fritz y sus padres están celebrando la noche con amigos y familia, cuando entra el padrino misterioso, Herr Drosselmeyer. Se saca deprisa un saco de regalos para todos los niños. Todos están felices, salvo Clara, quien no ha recibido un regalo todavía. Herr Drosselmeyer presenta entonces tres muñecas de tamaño natural, cada una bailando en torno a sí. Cuando están completas las danzas, Clara se acerca a Herr Drosselmeyer pidiendo un regalo. Parece que a él le faltan más regalos, y Clara corre a su madre teniendo un arranque de lágrimas. Drosselmeyer presenta luego un juguete de cascanueces, en la forma tradicional de un soldado en uniforme de formación. Clara está encantada, pero su hermano siente envidia y quiebra el cascanueces. La fiesta termina y la familia Stahlbaum se acuesta. Mientras todos están durmiendo Herr Drosselmeyer arregla el Cascanueces. Después Clara se despierta y ve que su ventana está abierta. Cuando el reloj toca la medianoche, Clara oye el sonido de ratones. Se despierta y trata de fugarse, pero los ratones la detienen. Tal vez Clara esté soñando todavía: El árbol de Navidad de repente se vuelve enorme, llenando la sala. El cascanueces cobra vida; él y sus soldados se levantan para defender a Clara, y el Rey de los ratones encabeza a sus ratones en batalla. Aquí Chaikovski sigue el clima «de miniatura» de la obertura, poniendo la mayoría de la música de batalla en los registros altos de la orquesta. Sucede un conflicto, y cuando Clara ayuda al Cascanueces sosteniendo la cola del rey de los ratones y tirándole un zapato, éste aprovecha la oportunidad y apuñala al rey, que muere. Los ratones se retiran llevándose a su líder. Luego, el Cascanueces se transforma en un príncipe. (En el cuento original de Hoffmann y en las versiones del Ballet Real de 1985 y 2001, el príncipe es el sobrino de Drosselmeyer, a quien el rey de los ratones había convertido en un Cascanueces, y todos los acontecimientos después de la fiesta de Navidad se han arreglado por Drosselmeyer para eliminar el hechizo). Clara y el príncipe viajan a un mundo donde copos de nieve bailarines los saludan y donde hadas y reinas bailan para darles la bienvenida a Clara y al príncipe a su mundo. La música expresa las imágenes maravillosas presentando un coro de niños sin palabras. El telón cae y termina el primer acto.

Segundo acto

Clara, el Cascanueces y Drosselmeyer llegan al Reino de los Dulces donde los recibe el Hada de Azúcar, su Caballero y el resto de los dulces. Se suceden una danza española, identificada a veces con el chocolate, una china, a veces con el té, una árabe, café, y una rusa, a veces llamada Bastones de Caramelo (la danza rusa es el Trepak), Mamá Jengibre y sus Polichinelas (a veces Bombones, o Payasos de la corte en la representación de Mijaíl Barýshnikov), las Flautas de lengüeta (a veces Pastoras de Marzipan o Mirlitons), el Hada de Azúcar, y el Vals de las Flores. Pero las danzas en el Reino de los Dulces no siempre siguen el mismo orden.

Después de las celebraciones, Clara se despierta bajo el árbol navideño con su cascanueces de madera, alegre por su maravillosa aventura, y cae el telón. Sin embargo, en la versión de Balanchine, nunca se ve a Clara despertándose, sino que tras todas las danzas en el Reino de los Dulces, ella y el Príncipe Cascanueces se deslizan en un trineo tirado por renos y finaliza la obra. El sueño ha sido real, como en el cuento original de Hoffmann. La versión del Ballet Real también lo representa de esta manera. Finalmente, el sobrino de Drosselmeyer, que había sido transformado en cascanueces, reaparece bajo forma humana en la juguetería de su tío.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.